La autonomía de los órganos electorales en México

A los órganos constitucionales autónomos se les transfiere una función del Estado, cuya relevancia requiere sustraerla de los poderes tradiciona­les. Son consecuencia de la complejidad creciente del Estado, el hartaz­go en la política y la desconfianza de la población. Es una nueva recom­posición del poder.

Esta obra, a partir de la reseña de la evolución de la administración públi­ca, así como de un relato histórico de las elecciones en México, expone la decisión de sustraer la organización de las elecciones del Poder Ejecutivo y encargarla a órganos constitucionales autónomos. Menciona las carac­terísticas que deben tener por su carácter de órganos públicos autóno­mos, hasta llegar a la actual estructura conformada por un Sistema Nacional de Elecciones, encabezado por un Instituto Nacional Electoral fortalecido y 32 organismos locales disminuidos y subordinados.

La obra presenta los hechos que fortalecen y los que debilitan la actua­ción de estos órganos, para plantear las interrogantes que derivan de los obstáculos que enfrentan, como son la inestabilidad constitucional, la actuación de los partidos políticos y la falta de calidad en los procesos electorales, más allá de que los votos emitidos se cuenten bien y de los avances indudables logrados en materia electoral.